Te encontré en la inmensidad de este mundo,
y fuiste mi luz, mi paz, mi consuelo.
Apareciste de la nada a retomar el espacio
que quedó en mi corazón de niña.

Estabas ahí, presente en mi memoria.
Tu figura de niño y joven en mi recuerdo,
y hoy me fundo en tu cuerpo de hombre
como si me hubiera pertenecido siempre.

No tuve miedo de entregarme en tus lazos,
tus brazos me acogieron, tu boca me infundió aliento.
Me amaste con ternura, me miraste con pureza,
me sentí segura en tus besos.

Pero hoy tengo miedo, de lo vago de esta historia,
no sé donde va este camino incierto.
Tengo miedo de perderte, más no sé si te tengo.
Tengo miedo de buscarte y no encontrarte.

Quisiera arriesgarme a esta locura de amarte,
me retiene el silencio de tu corazón.
Hacia dónde vamos amor de mi infancia,
cómo encuentro las respuestas de tu alma.