Tus pies frios en la cama,
mis secretos bajo la almohada,
pasó la noche y dejó
suspiros agotadores,
calor bajo las sábanas.
Nadé aquella noche
entre el mar de tu boca,
entre el suspiro de tus labios
y el estallido de tus ojos.

Rompe la cristalera un mar de lágrimas
que caen desde el cielo
y ayuda a la intimidad,
sueños de vigilia,
vela encendida de amores,
la trastienda de los sueños
que todo abarca.

Y ante tu dormida mirada
vuelve a pasar ese duende,
que duerme donde todo nace
y recorre nuestros sueños,
llenándolos de paz,
escondiéndolos,
de nuevo bajo la almohada.

(recuerdos de Tarragona 2008)