Te veo allí, entre los árboles, y no lo puedo creer.
Estás muy cansada.
Te describo un paraíso.
Te ilumino.
Te enseño a volar, y cuando veo que tus alas han desaparecido, arranco las mías y te las obsequio.
Te veo allí, entre las nubes, y no lo puedo creer.
Estás volando
Texto agregado el 15-05-2004, y leído por 167
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Lectores Opinan
15-05-2004
"Volar", arrancarte las alas y obsequiarlas, muestras un altruismo en el amor que no muy seguido se ve. amadeo
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