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Inicio / Cuenteros Locales / Payador / Don S y los tlacuilos (I)

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-¿Me corto las venas o me las dejo largas?- se preguntaba don Ezequiel Rubiales mientras sostenía un peine a la altura de su muñeca…
El resto de los sentados a la mesa nos veíamos confundidos y con ansias de que su taller terminara…
-Esto es el arte- dijo mientras buscaba cigarrillos en su morral.
-¿eso es helarte?- pensó en voz alta “el yerbas”.
Ezequiel, al no encontrar tabacos, encendió la luz, las 7 de la tarde cayeron sobre nosotros. “Las siete de la tarde” eran las integrantes de un colectivo de extremo Feminismo, que protestaban por un “poema”(o algo similar) ofensivo hacia el género…
-¿género?, genero arte, que es algo más importante que andar de chilmoleras.
Afuera del cuarto…eh taller, seguíanse oyendo los gritos.
-¡Ezequiel, Ezequiel, que rueden las cabezas, empezando por usted!- la cantaleta era pegajosa y los tlacuilos, así nos decía Don S… Don “S” le decíamos a Ezequiel, empezamos a repetirla intrínsecamente. Don “S”, furico, rabiatico y como si le saliera del alma dijo a media voz.
-pus que chingados traín.- Sacó de un ropero algo similar a un 30-30, pero de madera con bayoneta hechiza.
Los tlacuilos como si no nos diéramos cuenta seguimos trabajando nuestras libretas, tratamos de hacer palíndromos…
Entre los gritos desgarradores de Don “S”, yo seguía pensando Amor a Roma… Hasta que Julieta grito.
-Somos sapos, ¡Sopas!, Somos.
La miramos con envidia y el “Sapo” se sintió aludido.
-ora, carnala sin chingar…
Mirando las vigas pensé -¡amor a Roma!... Elena que especulé estaba dormida grito.
-¡Acá caca!...
Le dijo –Mmmh.
Entro Ezequiel como “El caballo blanco” (con el hocico sangrando), leyendo un comunicado que empieza con “Ya basta”, un colectivo que redacte un comunicado que pretenda ser respetable debe incluir esas dos palabras que quieren decir… eh… que ya basta.
-Nomás eso faltaba- refunfuño- quieren que les publiquen esto en “La Jornada de oriente”, ya ni los de la Red Ciudadana. Y bueno, quiero ver sus avances…
Empezó revisando la libreta de Guillermo, “El Carnalito”, porque así nos decía a todos los que le comprábamos sus chunches hippiosos.
-Sí, me parece interesante su trabajo señor Quezada –nos llamaba “señores” a los siete pupilos que integramos su taller “Quiero ser escribidor”
–Me gusta como maneja el tiempo mixto… combinando los otros tiempos… sin embargo no estoy de acuerdo que en la prosopografía de mi persona haya utilizado tantas groserías… le agradezco la sinceridad pero más le agradecería el hecho de que fuera a chingar a su madre.
Yo destaque que ya eran las siete de la tarde y esas palabras le provocaron escalofríos a don S.
-¿No quiere que nos vayamos?- dijo el yerbas.
-No mame, le ruego. Me acorde del comunicado… hablando de mamones… ¿alguno de ustedes tiene el numero de Mariano Morales?
-Tengo el de wendy- dijo Julieta buscando su celular en mi morraleta
Don S esperaba con lascivas ansias el número. Todos nos acordamos cuando Oliverio, el de la vinatería, madreo por hacerle llamadas a Chela, su hermana. Desde aquel entonces nos manda a uno de nosotros por su vidrio de ron barato.
-Eh… este… creo que ya no lo tengo- dijo Julieta que también recordó el infausto caso.
A don S, se le apago su impúdica mirada y dijonos
-Pues nos vemos el viernes y de tarea les dejo leer el InTolerancia, nomás pa’ que vean lo que no se debe escribir…
-Alguna página en especial- se burló el Sapo.
Nuestro conspicuo tallerista se quedo hablando solo –En la jornada… ya parece. Si quieren en el Síntesis y eso si encuentro al Mariano…- Lo dejamos fumando un “alitas” que le regalo el Carnalito.
Salimos de la casa en donde hace como veinte años sobrevive don S, es una casa en ese callejón atrás del carolino. Todavía conserva la esencia de hace diez años…
-¿Nos vamos?- dice el yerbas, sigo en su juego y le pregunto que adonde…
-A chingar a tu madre- responde con una sonrisa de estupida satisfacción.
Como no tenemos muchas opciones decidimos ir a Rayuela. Allí estaba doña Ursula, el ambiente se nota tranquilo cadencioso. Sin hablar nos sentamos en el silloncito y sillas de la mesa frente a la barra, me sirven un mate y como de costumbre me quemo la lengua. Oímos “introducción del ángel” de Piazzolla, que se empieza a tornar agitada. Comentamos sobre el ir y venir de en inevitable tiempo.
-El otro día- dice Elena –escuche en “In vitro” que las células tienen un mecanismo, que llaman Canto. Dicen que cuando las células van a morir empiezan a vibrar para avisarles a otras células y empieza una cadena autodestructiva, por lo que con la nano tecnología y la genética van a poder detener ese canto y detener… eh… obstruir esa cadena…
-d’na… -comente- ¿apoco las células cantan antes de morirse, como los cisnes?
-pues podría decirse- me contesta Elena- Eso de “La muerte del cisne” es de Mijaíl Mijáilovich Fokin, allá por 1905…
-ya, neta. ¿Los cisnes si cantan antes de morir?
-y no van a cantar después ¿Verdad?
-Ya ves vamos a hacer un huapango que se llame “La muerte de la Célula” y que la baile el Ezequiel- y al acabar así, el carnalito, empieza a vibrar como sufriendo convulsiones por lo que doña Ursula se alarma y al caer en cuenta que era un performans de Los tlacuilos, nos veta de manera indeterminada del Rayuela.

Todos como buenos exiliados recurrimos al refugio que nos da la casa de la cultura… obviamente ese refugio nos fue negado por los de seguridad que ya iban a cerrar, ya eran la 2035 horas del frente de guerra del centro. Era muy temprano como para irse a hacer la meme y aparte no queríamos que nuestras pendejadas fueran limitadas por la autoridad. Nos Pusimos a gritar, casi, a unísono:
¡En huelga todos estamos, llorona /
y eso significa unión /
exigimos los derechos, llorona /
que da la constitución!
Hasta que fuimos silenciados por la cruel indiferencia de los policías y la gruesa madera de la puerta que fue azotada esa cruel noche de desprecio.
-Que chingue a su madre el muerto y los cuatro que lo van cargando- refunfuñó el sapo que no había hablado desde que estábamos con don s -¿y si vamos al espiral?
Caminamos hasta el espiral, y en la estrella compramos una botella de “Los mineros”, dicen que es Ron, pero sabe como a barniz.

Texto agregado el 31-01-2009, y leído por 279 visitantes. (0 votos)


Lectores Opinan
31-01-2009 Excelente la primera frase -¿Me corto las venas o me las dejo largas?- DonBombillo
 
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