Un centavo Imaginar que una moneda, un centavo, de tu despreciable amor es capaz de descarrilar el tren de mi orgullo. Imaginar que, de ahora en adelante, tu nombre maldito será la hiedra infernal que trepe las paredes de mi corazón.
Texto agregado el 30-01-2009, y leído por 417 visitantes. (12 votos)