Si bien no era una gran altura era lo suficiente para reconocer la ciudad desde otra perspectiva como todo en este lugar. Un paisaje salpicado de colores, las luces de los autos, letreros y calles dan un elixir a los sentidos, ante todo el cerro, bello, frondoso con sus escaleras de piedra, faroles antiguos, un recordatorio constante entre la modernidad y del donde venimos. Ahí puso la primera piedra de fundación a lomo de caballo un español, invadiendo, creando el nuevo mundo, con ese gen de dominio que es intrínsico de su raza.

Ventanas circulares le daban el apodo de barco donde a la deriva se conjugaron las coincidencias. En la cima de esta blancura en la gran terraza miraba extasiada el paisaje que se conjugaba entre rumores de motores y la visión de la virgen a lo lejos. El aire frío y la leve brisa que levantaba su pelo humedecido le daban el alivio a su piel que hervía desnuda y complacida. Dejó a sus espaldas los susurros buscando en la memoria los recuerdos que llegaron invadiéndolo todo, todo revuelto, y añorado, labios mordidos por la melancolía, mezcla de ahora y de ayer.

Dejó la cama revuelta y parte de su ropa perdida confundida con la de los demás en ese instante perpetuo, que sabía guardaría en su memoria como recuerdos propios para revivirlos las veces que quisiera…

Nada en este lugar habla de él, no hay música, no hay televisor, no hay fotos, solo un par de muebles y los libros en el anaquel que son todo su mundo; será que es verdad que no tiene alma? La forma de hablar pausada y segura, su tono varonil, profundo la calman y seducen. Es en cierto modo distante en su mundo protegido y tan cercano a ratos, tan cómplices.

-Solo quise sentir tu voz susurrada en labios arrastrados en mis oídos, e invocar en mi mente un como habría sido- las cosas se dieron alocadamente pero aquí estamos, mi cuerpo despertó en forma salvaje, no puedo negar que en silencio busqué el acento de su voz, pero la forma bravía y posesiva de abarcarme, me desconectaron del pasado y me bajaron de golpe a este lugar-

La hizo suya de una forma brutal, la poseyó sin dejar espacio para otro en su lugar y se dejó llevar entre dolores por su partida y la pasión desbordada del momento. El sin medirlo, sin siquiera imaginarlo robó sus futuras noches y sus días en un estremecimiento abrumador.

Nada delata lo que ebulle en su interior, y seguramente el tampoco lo sabrá. Talvez algún día el tenga el privilegio de sentir, como alguien invade su cuerpo y su corazón de una vez de esta forma tan sobrecogedora. Por instantes de la mano en ternuras robadas de rincones, como si se hubiesen amado siempre –no te quiero soltar, tus ojos me buscan, tu mirada me requiere, me llama y yo con tanto por dar, es solo pasión, lo se-.
Celos de ambos en los ojos apuntándose con dedos acusadores, amenazantes, midiéndose en las palabras por pensar que luego estarían con la libertad de sus vidas, cuando acaban de poseerse en la alquimia perfecta. Las cosas se enredan, los momentos se confunden, las historias se entremezclan en su mente, pero sabiendo que la claridad del dia que vendrá traerá la cordura y los sueños y los recuerdos ahí se quedan, en la maraña de los olvidos, como siempre...

Los autos de la calle, el frío la hacen regresar. Le queda la certeza que este instante prevalecerá, al menos este instante si…