encontraría la paz en cada susurro,
despertaría por la tarde en cada susto
que de la siesta me desvela.
Me enzarzaría con gigantes en peleas,
me desharía de la misa entera,
solo por verla sonreir, contenta.

Y ahora que pienso oigo mi voz,
me dice "vámonos la brisa espera".
y recorro el viento acayando a mi voz,
rescato el sentido del corazon,
las prisas nunca fueron buenas.

y no es sabio decir
que las voces estaban fuera,
y no es tonto matar
de un plumazo la sordera,
si reviento quien rie también soy yo,
y si me levanto y me duermo el aire quema.