Inicio / Cuenteros Locales / sendero / El ruego
¡Ven! escucha los grillos. Mira el vuelo del murciélago —colibrí nocturno—, cómo se suspende mientras clava sus dientecillos en la pulpa del zapote. ¡Anda! no seas floja; inspira y llénate de olores. Los geranios se despeinan por mirar este cielo. Levántate y vamos a donde nos pegue el viento y nos traiga el aroma del pan que recién sale. ¡Apura! que las nubes emboscan la luna.
El abuelo sostiene en sus brazos a la nieta bajo el marco de la puerta. El cabello baila contrastando con la quietud del pecho. La luna antes de perderse le siembra flores sobre la frente, adelantándose a las que después le llevarán.
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Texto agregado el 14-05-2004, y leído por 586
visitantes. (8 votos)
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Lectores Opinan |
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03-07-2005 |
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de un alto contenido metaforico. felicidaddes mitadoscura |
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09-07-2004 |
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Otro clásico senderazo. LEECHONG |
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17-06-2004 |
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Bello. Es un placer haberte descubierto. Saludos, Tejedor |
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16-05-2004 |
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Lleno de imágenes bellas y certeras. Como un camino de regreso. Debes haber recorrido mucho a machetazo como para reconocer los senderos entre los matorrales y espinas venicio |
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16-05-2004 |
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Un hermoso llamado a la vida, a la sensibilidad, a identificarse con la maravilla de la Creación, sentí estar ahí, mirando al abuelo y a la nieta, sintiendo el aroma del pan recién horneado, y en mi frente y sentidos, las flores, que pinta la luna, hermoso, poético, has puesto mucho corazón, mis estrellas para que ayuden a la luna con su brillo. Ignacia |
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