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Otro más rescatado... Hace ya algunos ayeres y parece tan cercano

Caminábamos por el transitado centro de Guadalajara, el viento suspiraba suavemente algunas caricias a nuestro cabello que se movía a su ritmo. El olor de la ciudad variaba de acuerdo a los puestos ambulantes por los que pasábamos, desde el dulce y cálido aroma a elote, hasta el enigmático y sensual olor a café; claro, el olor a smog era fijo, pero el precio de vivir en esta ciudad nos obliga a acostumbrarnos. La gente pasaba a nuestro lado rápidamente, con la única finalidad de llegar.

En aquel semáforo que detuvo nuestro ritmo me miraste a los ojos y me preguntaste -¿Crees que la vida es perfecta?- solamente te mire, tu piel era adornada con algunas sombras que jugaban incesantemente provocadas por los rayos del sol que viajaban a través del ramaje del árbol que nos cubría. No dije nada. Proseguiste con tu monólogo -creo que tenemos todo lo indispensable para ser felices; salud, seres queridos y con que saciar nuestras necesidades más básicas- tu voz me seducía tanto por su tono como por su contenido, tu pasión al hablar se transformaba en un encanto mágico para mi pensamiento -entonces, si no somos felices es porque no queremos. Nos falta valor para cumplir nuestros deseos, si tuviéramos las suficientes agallas de buscar la felicidad propia, no tendríamos la necesidad de caer en envidias, críticas, en fin, estar buscando la forma de joder la vida de los demás- al hacer ese último comentario tus mejillas parecieron sonrrojarse y tu mirada se perdió en el indigente que pasaba arrastrando su costal; lleno de experiencias y de una historia que solamente él y nadie más puede comprender.

La luz roja desapareció y pudimos seguir caminando, con rumbo a ... no sabíamos, sólo queríamos caminar. Y así pasaron dos horas, un silencio que solamente se veía interrumpido cuándo decíamos 'lo siento, no traigo suelto, para la próxima' era el que llenaba el tiempo. En mi pensamiento no podía deshacerse tu pregunta de ¿la vida es perfecta?

Te tengo a mi lado, tu aroma a shampoo y tu dulce mirada le dan vida a esta calle que se disfraza de basurero cada noche después del transitar de la gente que deja su rastro a través de botellas, papeles o bolsas plásticas. Me he acoplado a tu ritmo pausado, he aprendido a ver la vida con una visión distinta, disfrutando más cada detalle.

Al caminar nuestras manos rozaban accidentalmente piel con piel, en ocasiones permanecían en ese contacto algunos segundos y terminábamos por decir 'lo siento' y soltar una pequeña risa nerviosa. Descansamos en una banca en la que su historia nos hablaba de adolescentes enamorados, madres vigilando a sus pequeños (monstruos para las palomas que les huían despavoridas), de ancianos que enervaban su sensación de soledad al observar a la demás gente. El pequeño suspiro del viento se había convertido en soplos más intensos, esto nos hizo tomar una posición de cruces pero a la vez una mayor cercanía entre tú y yo para provocar calor (si, el viento es mi amigo xD). Tú pensabas en ella, talvés en la cita que tenían, en el regalo que le comprarías al cumplir su primer mes, en la discusión que tuvieron dos días antes o solamente en ella. Yo, al estar a tu lado, no dejaba de pensar en ti.

¿La vida es perfecta? Esas palabras seguían goteando por mi mente, no podía dejar que el día pasara sin respondertelas, ¿a quién quiero engañar?, sin respondermelas.

Tome tu mano; te sorprendió, creiste que te haría algún juego o fue otro de los roces ocasionales (ilógico debido a que no caminábamos), volteaste a ver nuestras manos y subiste la mirada buscando en mis ojos alguna explicación... utilicé mi otra mano para acariciar tu mejilla y acercando mi rostro besé tus labios, no duró más que tres segundos; puedo asegurarte que fue el beso real más lindo y perfecto que pude imaginar, tus ojos cerrados me hablan de correspondencia. -Sí, la vida es perfecta... ahora- dije con la voz un tanto temblorosa pero con tal alegría incontenible que se dibujó una sonrisa en tus bellos labios, el sol terminó de esconderse, el viento arrastró las hojas que acompañaron nuestros pasos y la gente seguía caminando, sumergida en sus pensamientos, y con esto el fin de ese día.

Texto agregado el 28-01-2009, y leído por 112 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
21-12-2009 Una idea interesante!! vicgrm
05-02-2009 Interesante.. ************.. vilyalisse
02-02-2009 Excelente relato. La vida no es perfecta, la perfección no existe, pero, dichoso aquél que puede disfrutar de los bellos recuerdos. marimar
 
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