Llueve a raudales tristes
Llueve, cielo, a raudales tristes
lava la ausencia de este amor perdido.
Limpia con celo al corazón dolido,
y a un alma sola a quien la tristeza embiste.
Nube con nube y gota con gota,
inunda esta casa que soy, abandonada,
de espacios vacíos, de paredes rotas,
remuévelo todo, ¡que no quede nada!
Y en la humedad gris de esta tarde fría
deja que se lave aquel amor que un día
fuera, para mí, esperanza temprana
y hoy se convierte en el dolor del mañana.
Llueve, sí, a raudales, dame un buen cortejo
para este llanto, solo, triste, ¡interminable!
y que mientras llore me vea en tu espejo
buscando hallar al menos un recuerdo afable.
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