Su mente deambula perdida sabe dios por donde
y en cada rincon de este barco imagina un angel celestial, dulces divinos sus rostros, mensajes de amor que dispersan y juega la moza con ellos sonrojando el cielo de estrellas.
Un ligero viento suaviza la noche en cubierta mientras los ángeles cantan y se le acercan a ella, la moza les acompaña en esa noche de estrellas mientras la luna en el cielo celosa ya casi se queda.
Texto agregado el 27-01-2009, y leído por 105
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