Rumbo al este, yendo lento por la ruta nueve, camino a la fiesta, camino a la vida sencilla o a la locura. Me detuve.
Allí, en el este del Uruguay,
Conocí a Marito.
Marito Ureta, el mejor cebador de mates…
Marito Ureta el mejor asador de asados, corderos y corvinas rellenas…
Marito Ureta el hacedor de la alegría.
Hombre tranquilo, de esos que apoyan la cabeza en la almohada y se duermen en seguida.
Me decían aquí en Rocha,” tu no lo conoces…ese hombre…es demasiado bueno, demasiado”.
Entre vinos y un cordero, Larbanois Carrero, Los Zucará, Alfredo Zitarrosa, y otros. Lo conocí.
Finalmente lo conocí.
Marito Ureta, el hombre sencillo que hace todo sencillo, y vive sencillo.
Cuentan algunos que en el invierno mas frío, a las seis de la mañana ya esta mateando con su compañera, y luego de horas, sigue ese mate igual que siempre, impávido mirándolo, pero vivo, seco, y amargo…como la vida, y jamás cambia la cebadura. Jamás la cambió…cuentan.
¿De donde te llegó esa magia?, ¿Marito?
¿Algún desamor?
¿Algún dolor de esos que lastiman hasta el final del mate peor curado del mundo?
Entonces, no quedaba otra, es así, ¿o no?, ¿Marito?
¿La alegría como sistema, o como recurso?
¡No!, me dijo, esto es sencillo para ponerle nombre.
“Son hijos…los momentos de alegría, son hijos.”
“Tengo millones.”
Pensé, el día que a Marito se lo lleven rumbo a donde nace el sol de la patria, o más lejos aún, nada que reclamar tendrá…pero todo el Este sabrá de el y reirá y bailará, beberá durante muchas noches lo que haya…y así seguirá cebando mates en el cielo del cielo de los mates y porongones mas lejanos que puedan existir.
Pero Marito sonreirá, y aquí las corvinas se seguirán asando, tal como El.
Los asados se comerán en el piso nomás, junto a la leña, no al carbón, hasta sentir quemar la piel y la vida, muy vida, su vida…será la de aquel que se detuvo en el Este….
Marito disfrutará más y más y el viento desde la playa traerá cenizas de su corvina más sabrosa y su vida tan feliz y sencilla.
Gracias Marito, gracias por enseñar a tantos, que no hay más “qués”, ni “por qués”…solo perros, mar de mares bien yodados, algo de vino, un trozo simple de carne, el fútbol, su Lavalleja de mil amores, los barrios, los 3 barrios, el Mate tan tuyo, tan Rochense. Algún aroma a humo perdido…
Casi tan perdido como yo…
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