Tan suaves como una pluma
cayeron las estrellas
iluminando girasoles
bordados en aquellos ojos.
Las llanuras azuladas
rodeaban el tropiezo de sus horas,
la luna pintaba los cielos
como cómplice cósmico
como un capullo cerrado
deteniendo el espacio
para el abrazo de sus manos.
Se paseaban las miradas
por los rincones de sus encuentros.
En un baile de melancolía
llegó el invierno y la primavera
despojando de sus bocas,
levantándoles murallas de tiempo.
Cuando el astro rey saltó en la cumbre
cuando los capullos se abrieron
la espera se detuvo
la noche brilló tanto
que la tierra encegueció
plasmando fugazmente su amor
acallando la oscuridad.
Texto agregado el 26-01-2009, y leído por 184
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Lectores Opinan
27-04-2009
imágenes cósmicas de un amor entre estaciones, muy bello poema divinaluna