¡S O B R E V I V I R!
(Soneto con estrambote)
Pido, como Unamuno, y con voz fuerte,
(Como aquel que rogó: “di tú que he sido”),
Que no me condenéis a eterno olvido
Y que no sufra una segunda muerte…
Si en tus cosas de aquí, no puedo verte,
Cuando apagues mi voz y mi sentido,
Hoy, que aún vivo, Señor, ferviente pido
Que el mundo, a recordarme, siempre acierte…
Dicen que en la otra vida y su misterio,
Gozaré claridades infinitas,
Que el vivir, no lo agota el cementerio,
Entre flores ajadas y marchitas…,
Que, junto a Ti, termina el cautiverio,
En un gozo sin penas y sin cuitas....
Será verdad, Señor, mi fe lo pide…,
Pero, ¡grito que aquí no se me olvide!...
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