Cuando el sol de medio día se dilata los caminos verdes se abren al paso de sonrisas escapadas desde la fuerza de manos alegres. Un viento antiguo se renueva agitando los laberintos del sentimiento por los que corre el río que riega el valle perdido. Las hojas arrancadas de los árboles han construido una alfombra de dimensiones de cielo, por ella dos ahora son tres. La luz del sol choca con la materia y se han creado las sombras en las que se cobijan alegrías fugaces
Texto agregado el 25-01-2009, y leído por 904 visitantes. (1 voto)