Es una autentica vergüenza que un hombre que, voluntariamente, quiso ir a Vietnam a matar gente sin piedad, guiado por la soberbia y la ignorancia, por la prepotencia que concede el poder de una economía grande, y destruyendo las vidas y las pocas expectativas de futuro de personas de bien, jactándose de estar haciendo un favor al mundo, haya vivido el resto de su vida enorgulleciéndose de tan deleznable hecho y, lo que me parece, amén de anacrónico, repugnante, es que ese tipejo, no solo tenga el poco pudor de presentarse como candidato presidencial, sino que, y esto es indignante, basando su campaña electoral en ser veterano de una guerra en la que la que se metió de forma inquisidora, malévola, sumamente violenta y fascista.

Con qué cara viene este tipejo, a estas alturas, a contarle al mundo – esto es algo que he leído en la red – lo terrible que fue su inmensa soledad en Vietnam cuando le trasladaban a la Embajada Francesa. Metafóricamente me recuerda a un amigo que fue a Islandia para hacer rafting con un grupo organizado, con la mala suerte de que se mató. La familia demandó al grupo por la muerte de su hijo. Naturalmente les contestaron que cuando se hace rafting en Islandia se corre peligro de muerte.

Habrá que ver la soledad en que viven en aquel país, donde además de sentirse solos y abandonados, pasan calamidades y hambre. Mr. Macain, o como se llame Ud. vallase al demonio. Celebro que perdiera las elecciones.

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