Caminaba ese sendero tantas veces recorrido
Los pies me seguían uno a uno por la acera
Despacio retrasando el arribo
A ese destino en el que nadie me siguiera
Sin rastros por detrás
Sin marcas que borrar
Sin nada que olvidar
Sin nada que planear
Mi aspecto era el de siempre
Las manos que apenas miras
Este pelo que no deja dudas
Este cansancio endémico que me cierne
En el instante en que los relojes se detienen, me ví
No en una vidriera contigua
No en el reflejo de un charco
No en la mirada de otro
Me vi en mi misma casi distinta
Más yo misma hace unos años
Me vi y me quise de inmediato
Me abrace hasta dolerme
Me llene de olores y de amores tan lejanos
Me busque las marcas en la espalda
Me encontré el sabor del primer beso
Me deje llevar por mi mano
Me reí de mis propios sueños
Texto agregado el 24-01-2009, y leído por 192
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