El niño regresaba del colegio justo en el momento en que su padre salía del hogar. El padre parecía furioso y, como era muy violento, el niño lo miró con temor.
Al pasar por la cocina vio a su madre tirada en el suelo, sollozando, con el rostro ensangrentado y con signos evidentes de que la habian dando una gran paliza. El niño corrió hacía su madre y la abrazo.
- Mami, guapa, levantaté - dijo el niño zarandeandola suavemente - Papí ya se fue... ¿Porque rienes sangre en la cara?
Al ver que la madre no reaccionaba el niño insistió acariciandola
- El otro día ví como papí te pegaba; como a mi cuando soy malo... ¿Que pasa mami?: ¿Es que tu también has sido mala?. Tu me dijistes que me fuera para mi cuarto; pero papí gritaba mucho, tu llorabas, yo me asuste y, por una rajita de la puerta, ví como papí te pegaba
Madre e hijo abrazados comenzaron a llorar
- Venga mami guapa; ven conmigo que; como dices tu cuando yo me hago pupa, vamos a curarte - dijo el niño dandola un beso para animarla; y no te preocupes que yo le dire a papi que me pegue a mi para que no te pegue a tí