Reúnidos ante la pequeña mesita de café, de Mª Amparo, se hallaban todos o casi todos, que la querían. Sus padres ya repuestos del susto, su hermana mayor, y su ex cuñado. Sus sobrinos, su hijastra Andrea, con su novío y como no, su fíel, Germán. Tambíen estaba allí, su suegra, muy contenta por el rápido restablecimento de su nueva nuera. Todos, el qué más y la qué menos, habían notado, su enfermedad, amigos, parientes cercanos o lejanos, y compañeros de Amparo. Todos.
La joven, antes de sentarse, había hablado con sus familiares, dos buenas amigas, y un ex novío. Ahora se encontraba fatigada, y muy mareada. Contempló ha todos los suyos reúnidos a su vera, y sintió ganas de llorar. Se levantó, y se dirigió a su dormitorio, y allí rompió ha llorar. |