Quién lo hubiese dicho, ¿no? ya no me moja el llanto donde hasta alguna vez viajamos juntos para compartir un sueño que ya no me duele. Hoy que por fin he llegado al número prometido.

Nunca sospeché que al tiempo, abrigaría un trozo de olvido para vos reservado, enviando un último texto como avisandote cuando llegara, al cabalístico número de momentos vividos, por si alguna vez han de nuevo tus pasos estas costas pisado.

Te mando un abrazo, porque nadie acaso imaginó que así terminarían las cosas, no hay rencores malsanos si nos explicamos, y estuviste desde entonces, sólo en silencio esperando... ¿Recuerdas en qué nos hemos convertido? Una vez más la confianza dejada en el olvido, de la única persona que ya no quiso ser una parte de mis sueños compartidos. Pero...¿con qué sueñas vos?

Hasta donde estés tan lejos navegando saludos, porque hace tiempo que ambos han muerto, y no alcanza el sentimiento para experimentar un poco de alivio, porque como bien lo dice mi médico de cabecera: "Para odiarte mi estimado, tendría primero que de alguna forma, respetarte"...