Yo no sé porqué cada vez que no puedo nombrarte, se me comprime el estómago,
siento un malestar que provoca la incertidumbre.

Si supieras lo mucho que he anhelado conocerte,
sé que es extraño por que jamás te he visto y aún así ya te amo.

Te propongo el mejor de los tratos,
déjame conocerte y a cambio te prometo hacerme conocer en mi mejor fasceta,
aquella que llevarás coagulada en tu sangre y será difícil arrancarte.

Dejame llenarte de expectativas y creencias absurdas,
para que tú algún día puedas corregirlas,
déjame llenarme de ilusiones con la vida con la que mucho tiempo he estado peleado.

Yo no sé porqué te sigo hablando,
si nisiquiera te conozco,
y tu no haces más que moverte,
como queriendo que te deje en paz,
te ruego disculpes mi necedad,
seguramente se pasará,
aunque finalmente,
yo no sé.