Hoy, aquí en mi habitación, solo, acompañado de un cigarrillo y una copa de vino... Todo parece sin sentido, no puedo entender que esto suceda, después de tantos años inolvidables, tantas noches que vivimos, sentimos y respiramos juntos. Bellos momentos hermosos vienen a mi mente. Si, aún tengo el recuerdo nítido, aquél en que te ofrecí mi paraguas para cobijarte de la lluvia en aquella fría noche de invierno, aquella en la qué robé tu primer beso. Recuerdo como tus mejillas se sonrojaron. ¿Cómo poder olvidarlo? Cómo olvidar tus arrebatos de niña mimada a la que sólo un ramo de flores o un chocolate hacían olvidar sus enojos, o aquellas tardes que tomados de la mano paseábamos por la playa, que hoy pregunta por ti. Aquellos hermosos días de nuestro amor jamás volverán y solo serán parte de una historia de amor.
Sólo queda la huella imborrable del amor que alguna vez nos unió. Te extraño demasiado, al partir mi alma sintió el flagelo de tu ausencia, nunca más mi corazón, volverá a sentir tu risa y sólo latirá en una amarga agonía. ¿Cuánto más tendré que soportar tu ausencia? Me niego a pensar que te perdí, que no volverás. Sólo sé que nada importa amor mío, estoy muriendo en vida y no veo salida a este dolor que me causa tu lejanía. Mientras... en mi habitación, una copa de vino, un cigarrillo y mi soledad
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