Que pasa nada, en absoluto.
Pero la pansa duele y como un putas y la lluvia es inevitable.
Las piedras estorban y nada cambia, el hormigueo continua y aun así no hay señal alguna.
El humo empaña la retina contaminando la resonancia emitida por el eco perdido; todo esta licuado más sin embargo la evacuación no es posible y el malestar persiste.
No hay aspirina alguna que reduzca la presión, la habitación gira sin control y ahora con jaqueca y nauseas la cosa esta mejorando o empeorando; que confusión, pero mientras se respire hay esperanza.
Esta y las escenas restantes golpearan menos fuerte, el cólico se marchara al diablo, se desintoxicara la coherencia para que esta y muchas paginas mas suenen aparentemente normales, como desde antes de empezar hasta el infinito y mas allá.
Solo queda aprender a combatir la pesadilla...