Me miras esperando ver algo que
nunca verás y lo siento.
Ni aún el mar embravecido puede arrastrar
a la superficie un tesoro que quedó enterrado
después de que el crucero lleno de ilusiones
chocara contra el acantilado
desparramando las perlas y dejándolas llegar al fondo.
Sé que sueñas cuando me miras encontrar ese tesoro en mí
y que buscas mil maneras de llegar y vislumbrar una señal
que te diga que estás en el rumbo esperado.
Por eso te digo, buscador de recompensas, que me halaga
que sientas que hay un tesoro escondido en mí
pero me apena decirte que el mapa está desdibujado
y que aún no ha llegado el que encuentre el camino indicado.
Cuando eso pase con cada perla encontrada se irán uniendo el corazón con el alma formando la palabra escondida
tantas veces mal escrita siendo la más sencilla:
Amor
Texto agregado el 19-01-2009, y leído por 700
visitantes. (26 votos)