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La Marmaja.

Aquella tarde salí de la oficina mas temprano que de costumbre. Iba caminando distraido por el paseo peatonal. De pronto sentí que alguien me ponía la mano en el hombro y reconocí a un ex-compañero de colegio.
---Que tal viejo, vos siempre bien encorbatado ¿no?
…La pucha y de donde salío este plomaso.
---Que tal Hector como anda esa vida. Me guste o no, estoy obligado a llevar corbata, la oficina tu sabes y… ¿Que me cuentas?"
…Que pasa, y tu cuando te vas a hacer ropita
---Vengo de una conferencia sobre la calvicie masculina.
…Si seguro, ya sabía que a este gilberto le patina el coco desde hace mucho tiempo, la calvicie jua,jua, ¿dime que mas gil?
---Así, que interesante de que se trata ¿que de la calvicie?
…OK, lárgame ahora tu mula de una tonelada…
---Hace algun tiempo fui a presentar mi artículo a un simposio sobre la calvicie y cual no sería mi sorpresa cuando me dijeron que otra persona ya habia presentado una idéntica ponencia. Yo publiqué este artículo en una revista cientifica extranjera y alguien la leyó sacó todo el meollo de mi articulo y se lo copió.
…La pucha, y de donde me saliste científico ¿de que miechica estas hablando? Sabía que cuando ibamos al colegio te dedicabas al físicoculturismo, por eso tienes es pinta de oranguntán inyectado con esteroides, pero ahora me saltas con máscara de diablo en viernes santo
---Espera Hector, me estas perdiendo, haber dime ¿cual es la tésis de tu artículo?"
…Lo dejare parir a este simio
---Inteligente la pregunta viejo, basicamente sostengo que “La calvicie humana es una forma benigna de cáncer'"
…Porca miseria, despues de 'sesudas craneadas', me vienes conque el cáncer es benigno
A este punto, no sabía como deshacerme de mi fortuíta compañia.
---Bueno Hector, sigue adelante con tus investigaciones, debo irme directo a la casa, se me hace tarde.
Buscá ayuda, lo poco que tienes en el 'coco' esta a punto de hacerse melcocha
Hector tuvo un momento lúcido y salió con algo desafiante
---No me digas viejo que tu mujer te maneja a ti tambien, que le hace que te tardes una horita mas, en el café de la vuelta tienen unos
alfajores y cuñapés buenisimos. Ademas quiero explicarte algunas cosas Por lo visto el tipo gozába de mi compañia. Yo gozaba de la
suya como alguien la goza al saltar del quinto piso de un edificio con un paraguas. Lo cierto es que me convenció al mencionar los alfajores y cuñapes, así nos dirijimos al boliche que Hector señalaba. Siendo alrederor de la hora del té, el boliche estaba casi lleno, sin embargo logramos ubicarnos en una mesa con vista a la puerta de entrada.
---Que se sirven señor. Preguntó el garzón
---Traígase dos tés, dos alfajores y cuatro cuñapés. Ordenó Hector.
…Creo mi carnal orate está poniendo en orden la azotea
Era un boliche céntrico, cerca de bancos, casas de cambios, tribunales de justicia, oficinas de abogados, etc. La clientela se componía de gente que hacía negocios con dólares, litigantes, abogados, tinterillos, ave negras, prestamistas, usureros, ñatas programeras arreglando citas, politiqueros, pichicateros, desequilibrados, como mi cumpa, y tipos aficionados al té y los pastelillos como yo. Al poco tiempo estábamos saboreando nuestros manjares.
La gente que entraba y salía del café, en tráfico contínuo, representaba todo el diapason del arpa humana. HOMBRES: saludadores, saltapegas, serviles y sinverguenzas. MUJERES: peligrosas, pintudas, piernudas, podencas, y putas.
Pronto Hector continuó la cháchara seudo-cientifica del pelo, su caída, la calvicie y bla, y bla, y bla.
Para entonces mi mente estaba distraida con y enfocada en, la mesa del frente donde una muchacha muy guapa exibía sus piernas inmisericordemente, con astucia, saña, ventaja, y obviamente con éxito. Yo no era el único que seguía el ágil cepillado de plantas, afilado de dedos gordos, cruce de pantorrillas, y otras rutinas por demás engolosinadoras, era toda la fila de ocupantes de las mesas que tenian la vista en la muchacha. Al único que no se le parecia mover un músculo excepto la lengua era a mi imparable y carnal locario.
---Oye, Hector, ¿que te parece esa ñata de enfrente?
…Demuestrame que aún corre sangre por esas cañerias oxidadas
---No, viejo yo a las ñatas hace tiempo que les eche tres cruces
…Epa,¿y eso? ya salto king-kong con algo nuevo
--¿Romance fracasado? quizas ¿Amor infiel?"
---Por ahí va la cosa viejo. Estuve una vez casado, pero me di cuenta pronto que la mujer
solo me traía problemas. En mi caso, con el tiempo que le dedíco a la investigacion, las
conferencias y otras actividades científicas, tener lios de mujeres solo me roba tiempo.
Mi ex-esposa se fué a vivir a la Argentina.
…Ya me doy cuenta, le ha debido echar tal carrera al sur que debe estar en las Malvinas pasteando ovejas para los ingleses
De súbito dos tipos apurados por un café o por continuar su agitada conversación se sentaron en la mesa próxima a la de la muchacha de las piernas. Uno de los tipos puso nerviosamente el portafolios que llevaba, junto a una de las patas de su mesa. Hector los miraba fascinado como si de pronto estaba totalmente interesado en la conversación que en realidad no alcanzaba a oir, o quien sabe entre locos habia comunicación telepática, que se yo. Por los manerismos, las miradas rápidas al reloj y esas caras de mafiosos, se me hacía que esos dos no se traian nada bueno. Por lo que podía intuir uno de los tipos había tomado un decisión con la que su compinche no estaba de acuerdo.
---Oye viejo, estos tipos del portafolios deben ser pichicateros. Dijo Hector
---No sería nada raro.
---Te apuesto que en ese portafolios hay dinero.
…Miercoles, se destapó el locario
---Sería raro, pero es posible. El tipo que esta próximo al portafolios no le desprende la mano del agarradero y continuamente mira la puerta de entrada. Quizas esperan a alguien. Añadí.
Dirijí la mirada a la mesa de las piernas pero la muchacha ya se había ido.
---Mirá, mirá, los tipos del portafolio estan discutiendo mas intensamente. Saltó Hector
---No los mires mucho, se van a dar cuenta que los estamos espiando.
---Ahora estoy seguro que son pichicateros y estan haciendo una transacción de droga, el
que cuida el portafolio esta comprando pichicata del otro tipo. En ese portafolio deben
haber unos buenos miles de dólares"
…Chispas, ¿y esa deducción lógica locario?
---Que pasa Hector, ¿es que la ciencia no da dinero?
---Yo me dedíco a la ciencia en atención a un llamado vocacional, no por el dinero. Espetó el orate
…Esa lata ya la he oído antes
Miré tratando de encontrar una distracción mas interesante que la de los dos tipos y su portafolio, sin embargo Hector volvió a la carga con denuedo.
--Viejo, todo parece indicar que en el portafolio esta la marmaja, la mosca loca.
Mientras Hector, seguía hablando de los dólares como de cachorritos de pura raza que los estuviera acariciando en sus manos, noté que un par de famosos dirigentes sindicales hacian su ingreso al boliche. De pronto los tipos del portafolio abandonaron el local.
---Hector, supongo que conoces a esos dos tipos que acaban de entrar ¿No?"
---Claro que si, son capos de la Central Obrera. ¿No es cierto? Oye viejo fíjate, LOS PICHICATEROS SE OLVIDARON EL PORTAFOLIOS. Lo han dejado debajo de la mesa, que increible, con todo ese dinero
---Hector, lo mejor es pagar la cuenta y largarnos de aqui.
---No viejo, yo no pierdo la oportunidad, me llevo el portafolios.
Antes que pudiera hacer nada para detenerlo Hector se fue directo a agarrar el portafolios.
---Despues arreglamos la cuenta viejo. Dijo eso y salio del boliche disparado.
Por lo visto, el dinero que creía que estaba en el portafolio no lo iba a compartir con nadie.
Una corriente helada recorrió mi cuerpo de punta a cabo. De forma precipitada dejé dinero para cubrir la cuenta y salí tras de mi amigo locario. Tropece con el umbral de la puerta de salida y caí estrepitosamente contra el piso en posicion sapo, para delicia de los vendedores ambulantes que parcialmente poblaban la acera. Logre levantarme poco a poco y fui tras de Hector.
A media cuadra del boliche ví a Hector que apresuradamente se internaba en una arboleda proxima al paseo peatonal. Corrí tratando de alcanzarlo. Hector me vio y corrió aún mas. Lo perdí de vista, de pronto sentí una fuerte explosion.

Texto agregado el 13-05-2004, y leído por 271 visitantes. (0 votos)


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