PLAZA ICAZA: EL CAMALEÓN DE LAS LETRAS

Hablar de la particular obra de Plaza Icaza es siempre un desafío. Escritor incomprendido, su obra está plagada de referencias literarias y cinematográficas. Obtuvo tempranamente la fama con su más célebre y controversial libro "Conversación con la Tía Julia", en donde en un intento sin precedente, Plaza Icaza entremezcla de manera inédita dos obras del escritor peruano Vargas LLosa. Los críticos de entonces -cortos de vista, si se me permite agregar- lo despedazaron. Vargas LLosa se mostró recatado al decir "...sobre ese bodrio no me vuelvan a preguntar."

Con su siguiente libro "Ensayo sobre la gravidez" se hizo evidente que el objeto de su afecto era ahora Saramago. En este libro, Plaza Icaza hace gala de una prosa clara y directa de oraciones interminables. En los sucesivos textos iría emulando el estilo de sus autores predilectos (Cortázar, Allan Poe, Grass, Borges), razón por la cual fue apodado "El Zelig de la literatura".

Aunque sus detractores se esforzaron en humillarlo, poco a poco su fama fue creciendo y con ella el número de sus seguidores. Esta misma fama terminó volviéndose en su contra: al ser divisado caminando por las calles de su ciudad, Plaza Icaza o era vituperado y golpeado por sus enemigos, o era perseguido cual Las Ménades por sus amigos. Decepcionado, dejó de escribir. Decide suicidarse a los treinta años ahorcándose en el desván. A su lado hallarán una breve nota autobiográfica titulada "Plaza Icaza: El camaleón de las letras".

Guayaquil, enero del 2009.