La de la linda capellada
Te deslizas por mi calle
Con tu taconeo de juguete
Pidiendo vía con tus pezones pretenciosos
Para esa carne de mareantes curvas
Apretada en sus ásperos deseos.
Cuando ríes es una gloria escucharte
Con esa armonía castigadora, fresca
Que mece tu cabellera acanelada
Y las volutas de tu pelo endrino
Esparcen un olor a fruta
A granada de corona condal.
Los piropos te pasan untándote
Como verónicas en plaza de toros
Te lo dicen muchos jóvenes y viejos
Esgrima de palabras picantes
Que sacan ronchas en el ambiente
Que quieres Gabriela si me gusta la candela.