Creado el 17.01.09
Ediciones:
- 01.02.09
EL PODER DE TUS OJOS
Con esos tus ojos,
creo en no poder mirarte,
sin esos tus ojos,
no creo en no poder pensarte.
Por que si esa,
es tu luz
y traspasa las miradas,
entiendo ahora
el odio de la luna enamorada,
y el por qué de las
estrellas alborotadas.
Y debe serlo así,
pues cualquier locura allanas,
borras certezas que suben por el alma,
elevas la temperatura,
destrozas mil instintos en precarga,
en la humedad de tu hoguera imaginada.
Y doliéndome esa censura,
no quiero más dibujar tu mirada traviesa,
pues tiendo a naufragar,
en la isla de ansiedad,
un tanto cerca de tu aliento
de olor primaveral.
Entonces debo apaciguar,
esa alegría contenida,
que impregna el sonido de este mar,
del olor de tu cercanía,
de tus voces de día,
de tus noches de colores.
Y si hasta aquí es todo así,
mis razones no interpretan,
el por qué de tanta oscuridad.
Mientras sigo descubiendo
lo que causa tu mirar,
y aún si mis pasiones te sueñan,
y mis locuras se adueñan,
de tus propios colores yo pinto
guitarras libres, conceptos nuevos,
y por sobre la rama de un árbol ancestral,
una cuerda por utilizar.
Sobre tu cama te acecho
con verdes instantes lo sueño,
azules, naranjas, palmeras,
carne de a dos,
decolorando carmas,
olores, primaveras,
pecados,
por favores olvidados.
Despierto de pronto,
todo sobre quimeras.
Y me quedo con el mismo final.
Si aquel pequeño signo,
de tus treinta y tantos,
refleja en tus pupilas
el afán del tiempo,
tú lo consideras enemigo
digno de combate.
Ni con frascos, lechugas y batidos,
podré negar el mágico toque de tus años vividos,
por que el paso de esos años,
te hace vino,
te hace agua,
le arranca al desierto lo que olvida,
parte almas,
te convierte en divina,
a pesar de la sed que tú luces,
- según tú castigo-
- según yo, cadenas, con la llave en tu bolsillo -
queriéndose escapar.
Ese, es el poder de tu mirar. |