INCIERTA REALIDAD

¡Que tristes están las calles! Que tristes al pasar las veo. Una sonrisa vaga, una mirada desahuciada. Rostros con muchos cerebros, con las neuronas en los labios, con lágrimas transparentes sobre su tosca piel. Mendigos sabios con arrugas, que no piden mas que la muerte, suicidas y desventurados otros
¡sin noción del vivir!

Rasga su vestido y su cuerpo da a vender, aquella niña de la mirada apagada, sin fantasías y sin vanidades mas en los labios un ¿por qué? Ojos grandes y pequeños sobre ellos viendo gotas de lluvia ven caer ¡sepultando voces de ruego! ¡Profundos suspiros sin fe!

Hasta cuando menciono a mis noches ¡hasta cuando esto ver!
¿Cuado la luz del sol llegara hasta ellos?
¿Quién mas que dios para devolverle la fe?
En un mundo oscuro, en cual pocas estrellas brillan
un ruiseñor a mis letras canta...