Un día más en la duda, un día más en la angustia, un día más a la espera, pensando en una nueva vida y a lo mejor no hay otra para ahora más que esta, proyectando, diseñando, anhelando el futuro, un futuro, la posibilidad de vivir la vida en otra forma.
Quizás sea un error. Tratar a toda costa el controlar los hechos, manejar las situaciones, ves en el tiempo que todo se va de la mano. Hay que decidir y decidir supone cambiar. Decía un amigo mío, (hace dos días, le ponían su nombre a una calle en Alcobendas), que hay dos posibilidades que nos acompañan todos los días a saber, decidir el cambio y hacer algo por el cambio. Dos palabras muy importantes, la primera decidir, es una palabra que nos sitúa frente a la necesidad de cambiar, hay que hacer algo, en las próximas vacaciones, lo comienzo, el próximo fin de semana empiezo, un gran porcentaje del tiempo de mi vida, lo empleo en esto, en pensar lo que me gustaría hacer, en decidir que pasos y cosas son convenientes para que esto se de, pero todo se queda en eso, pensamientos.
La clave está en hacer algo que favorezca ese cambio. Estamos toda la vida proyectando, viviendo el futuro y permanecemos estáticos, sin apenas hacer nada por el cambio. La clave está en hacer, caminar, dar un paso en la dirección a la que queremos dirigir nuestra vida.
Conocer nueva gente, escribir un cuento, un relato, llevar sencillamente los pensamientos al papel y comunicarte cono los otros. Hoy tú que estás leyendo este texto… ¿Qué has hecho de tu proyecto? Sácalo de la sombra de las decisiones y haz algo por el.
En esto no hay magia, es preciso sentarse, situarnos frente al objetivo y ver que realmente esté bien definido. Hemos de analizar previamente, algunas cuestiones antes de iniciar la andadura hacia la consecución del objetivo.
En primer lugar, que síntomas son los que te indican que necesitas un cambio. Detente y piensa, observa, apreciar esto, los síntomas a veces no nos gusta, pero realmente, es el primero de los pasos que hemos de dar en función al logro del objetivo deseado.
Analiza a continuación las causas que provocan esos síntomas, es muy importante tener claro que es lo que provoca y produce nuestra ansiedad, nuestra angustia, etc. Los síntomas que percibas.
En tercer lugar, fíjate un objetivo, procurando que este sea conciso, claro, bien definido, analiza, piensa en este momento si el logro de este objetivo, depende exclusivamente de ti o intervienen con sus decisiones otras personas.
El objetivo, ha de estar bien enmarcado. Una vez claro, vamos a ver de qué recursos disponemos para lograr alcanzar las metas deseadas.
Y por último, ver cómo evoluciona mi vida, mi historia, los hechos que me indican que la dirección que estoy siguiendo en pos del logro del objetivo deseado, es la correcta. De este modo evaluamos en el tiempo que nos vamos aproximando al objetivo.
Planteamientos, análisis, programas de recursos y evaluación de los hechos. Todo esto supone pasar de una actitud pasiva (decidiendo que hago) a una actitud activa (hacer lo que he de hacer).
Ánimo. Estas son unas líneas que deben suponer un inicio y un sacarnos de una situación complicada en la que a veces se encuentra nuestra vida.
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