Entré sin avisar y nuevamente me descubrí llorándote, vi como nuevamente derramaba torrentes de pena, el suficiente como para germinar un prado, haciendo crecer bosques de ilusiones rotas y sueños enterrados, anoche volví a descubrirme que lloraba en silencio con la luz apagada; el agua de mi interior rompió los ladrillos de mi orgullo brotando un diluvio de sollozos y suspiros.
¿Para qué lloras? – Me dije al verme con los ojos hinchados de sueños rotos – el ríe ahora, no le importas, está mejor sin ti – repliqué
Lloro por que es la persona más extraordinaria que conozco, mi alma y mi corazón sólo apuntan a su vida, su voz era un bálsamo para mis oídos, sus palabras un aliento para despertar y su forma de ver la vida la forma que quiero mirar la mía, su inteligencia me abruma, su melancolía la hago mía y sus sueños son la razón por la que sueño. Hasta sus errores los prefiero, hasta las heridas que me dejó las venero. Sus cosas cotidianas, las cosas más sencillas me parecen una obra maestra cuando las realiza; si no supiera que yo puedo hacer que sea el más dichoso del planeta, sería la primera en alejarme, en huir lejos donde no me encontrara, sin embargo sé lo que puedo dar, y sé lo que no puedo. No estoy segura si no puedo o no quiero olvidar – me dije – vale la pena las lágrimas, por que su luz irradió un instante mi soledad, mis miserias y mi camino, lloro por que no es lo que busqué y descubrí con él que siempre busqué mal, lloro por que sé que no volverá, por que quizás nunca me quiso, por que si hubo algo ya no está, lloro por que sé que no es perfecto, pero no estoy completa sin él.
Otra lágrima cayó por mi mejilla y una sonrisa mezclada con un suspiro se iluminó en mi rostro mientras terminaba de hablar conmigo mirándome al espejo.
____________________________________
|