Un fantasma…una ilusión…un sueño…no, fue estar suspendida a 3 milímetros del infierno que representas para mí, fue como estar a punto de ser completamente envuelta por los brazos del fuego…pero no sentí calor, ni dolor, ni miedo, no sentí nada, nada, nada, y esa palabra es aún más peligrosa, dura, triste y desconsoladora que infierno, muerte u odio…

Cómo, cómo entender que seis, seis…seis años de mi vida me dedique a ser infeliz por todos los medios posibles, me dedique a sustituir cada una de mis risas por lágrimas, lamentos y carencias… cómo puedo entender que tanto, tanto tiempo puse piedras y piedras en el costal que me amarre tan bien en la espalda para hundirme cada vez más y más en ese mar tan inmenso y seguro que es la depresión, la angustia, la falta de amor propio, el pesimismo y la desesperanza…

Y de repente apareces así ante mí vista…sin ninguna vergüenza ni pudor, sin ningún indicio de que aunque respiras estés vivo, sin ninguna razón presente o futura, Dios fue como si estando en el desierto te encontraras con un hermoso delfín nadando entre la arena…? O como si estando en el mar vieras surgir de entre las olas cientos y cientos de golondrinas y mariposas…es algo completamente irreal, tonto, sin sentido ni razón alguna…así fue nuestro reencuentro, sin absolutamente ningún sentido, ni presente ni futuro, sin ningún rastro de lo que hubo y que jamás deseo vuelva a existir, sin ninguna meta ni fin…es más nunca te volví a ver, nunca jamás volviste a aparecer en nuestras vidas, nunca, pero nunca jamás los rayos del sol que me regalaste tocarán tu rostro, ni te servirán de consuelo en tus noches de tormento y arrepentimiento… nunca porque los fantasmas no sienten, no ven, no respiran…los fantasmas son exactamente lo que eres tú…nada!!