Cuando el silencio y la rutina habiten,
sera tu ser quien me rescate,
cubriéndo de murmullos
los segundos abstraídos en el reloj;
caminarán los deseos
muertos aún en mis manos,
guardados para el día después,
quedados en manojos de esperas.
Sí...será tu ser quien me arrope,
bajo los mantos de la furtiva noche
que desespera ante tu distancia,
...y la respiración retenida,
como la última hoja caída del otoño
y como mendiga
desde tu mismo ser,
caminante indulgente
de mis somnolientos sueños.
...y tu mirada
la gratitud eterna como lluvia fresca,
reconstruyendo los paisajes
que no hemos descubierto aún.
Y sera tu ser enigma invatible,
alimento de nuestra hambre
sobre limpia sábana,
testigo inerte de un encuentro fallido,
prolongando las horas
de un reloj que no para,
que mutíla las esperanzas
que tu ser...
junto al mío como enredadera,
esperan tras los muros
florecer.
Sigue tras los días
el maldito presídio que nos encierra,
haciéndonos mudos...
la voz y las miradas,
buscando el rincon disperso
para renacer.
Mas nada importará....sólo tu ser,
cántico de alabanza
como primavera de esperanza
recuperando aquella primera flor...
sólo importará la intensidad
de éstos...nuestros furtivos recuerdos,
tus manos anudadas en teclas
sobre tu almohada donde mueres cada noche,
pleno de sabor a mí,
de deseos que te embrujan
tras los kilómetros de estíos
con nieves frías
derretidas ante mi calor....
Sólo importará....
importará por que sí,
y como si de un hilván se tratáse
el estallido de la caída del dolor,
disolverá la ausencia de mi espacio
como habitante de la provincia de mi cuerpo,
amedrentado de esperas
y de agotamientos solitarios....
entonces no habrá tiempo,
no será tarde...tampoco temprano,
será ese el momento
rendidos ante el más grande tributo
a la luna cómplice
de tantos días de esperanza,
vértigo invernal
de todos los días,
y será así... sólo amor...
Amor con todas las letras del abecedario,
la sensación de una nueva nota
en la escala musical de los gemidos,
como anuncio de nuevos días.
Sólo quiero saber eso
el momento que ha llegado,
desparramados por todas las esquinas,
soportándo la nada que retorno,
la levedad que emana entre mis piernas
con el lamento fugáz
junto a tu ser....
renaciendo con manos llenas,
junto a mi mirada la tuya,
invadida de ti...
junto a tu ser,
cubriéndome tras mi entrega
sobre la nívea sábana
que soporta
el amor que te tengo....
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