Mientras me angustiaba porque ya transcurrió una semana sin haber contado con el tiempo necesario para escribir la Columna del Miércoles que traigo en mente, encontré la siguiente curiosidad en las noticias del día:

Luego de 26 años de intentos,
un inglés de 45 años finalmente
pudo resolver el famoso
cubo de Rubik que
compró en 1983, según el Tel
eg r a p h .
Graham Parker, oriundo
de Portchester, Inglaterra, invirtió
más de 27 mil 400 horas
de su vida, muchas de estas
por las noches sin poder
dormir, para poder terminar
el cubo que ha representado
su máximo reto.
“No puedo decir el alivio
que significa finalmente haberlo
terminado. Me había
vuelto loco durante años, como
si se hubiera apoderado
de mi vida”, dijo Graham.
El británico, casado y padre
de un hijo, aseguró que se
perdió varios eventos importantes
de su vida por quedarse
en casa tratando de resolver
el cubo, lo que luego le
quitaba el sueño por las noches
de sólo pensar lo que había
hecho.
“He tenido problemas en la
espalda y en mis muñecas
por todas las horas que pasé
sentado tratando de resolverlo.
Pero cuando le di ese
último giro y todos los colores
empataban no pude hacer
otra cosa más que llorar”,
apuntó.
Jean Parker, esposa de Graham,
fue quien más sufrió durante
esos años pues el cubo
les causó muchos pleitos.(eluniversal.com)



Y me hizo pensar que Graham Parker puede haber vivido mejor que muchos de nosotros estos últimos 26 años. Metido en lo suyo, sin las presiones y tensiones del diario ajetreo, concentrado en su cubo, despojado de ese "hacer" continuo, de las prisas que forman parte de nuestra vida, queriendo hacerlo todo y en el menor tiempo posible, acostumbrados a pretender todo para ahora, si fuera posible para ayer, algo inviable.

Correr se ha convertido en nuestro estilo de vida y ello nos produce enfermedades físicas y mentales. El estrés, la enfermedad "de moda", la transmitimos también a los pequeños de la casa, a quienes llenamos la agenda de activdades. No podemos verlos "perdiendo el tiempo".

Y me pregunto: ¿Cuánto tiempo dedicamos a relajarnos? ¿Cuánto tiempo dedicamos para nosotros?




En Cancún, costa mexicana del Caribe