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No es fácil la vida cuando tienes una pareja, cuando sientes que amas y que, aunque en el corazón, creas que ya no te cae más amor llega el otro día y sigues amando con más ímpetu e intensidad. A todos les pasa, incluso a ellos, que hoy se dan el lujo de seguir amando, con la boca con sabor a besos.
Sabor a besos es la sensación más exquisita que te queda impregnada en los labios después de besar a esa persona que llena, de algún modo particular, todas tus necesidades, a veces, con solo mirarte.
No fue un día cualquiera cuando se prometieron, nunca separarse, jamás olvidarse, amarse toda la vida y concretar en conjunto el sueño particular de crear un lugar especial que dejara para la posterioridad la marca indeleble para el mundo de lo grande y majestuoso que podría llegar a ser su amor. Que mejor que algo que hablara directo al corazón y que lo hiciera por el estómago, un restaurant. Ellos sabían lo que era tener en la boca el sabor a besos, porque así era como después de compartir la sabia de cada uno, en los labios, el gusto y el aroma del otro, se marcaba, dejando solamente, el sentimiento ligado a la sensación. Así fue como una tarde caminado por la calle principal tomados de la mano ella le mencionó la idea.
-¿Y si nos ponemos con un restaurant?
-No sería mala la idea.- Respondió de manera mecánica – ¿Y como le pondríamos?- Agrego
- Sabor a besos.- Respondió de inmediato y luego lo beso.
- Me gusta, me gusta.- dijo saboreando finalmente sus labios.
Posterior a eso la conversación no se detuvo, hablaron de cómo lo harían, de cuales serían las estrategias administrativas y de que manera lo inaugurarían, de que si abriesen un restaurant ella tendría que cocinar alguna vez y vencer el miedo que le profesaba a cocinarle a él. Esa tarde, no hubo más que solo promesas. Quien iba a pensar que el tiempo los haría olvidar esa hermosa tarde y dejar todo atrás por un taller de fotografía de ella.
Se iría a Europa por seis meses, confiada en que el amor, cuando es grande, a distancias si funciona se fue y le dejó con la boca irritada de tanto beso, con lágrimas, como toda despedida debe tener, lágrimas y con un sueño que ninguno de los dos recordó en el momento de partir. Los meses pasaron lento y hasta que los llamados se acortaron y sin aviso un día cualquiera no se llamaron más, de cuando en cuando a la mente de cada uno venían esos recuerdos, pero nada los volvió a juntar. Tuvieron que pasar dieciocho años, ya ninguno de los dos era joven, pero solo una de las promesas se conservó, ni él la olvidó a ella ni ella a él. Fueron francos con el tiempo y cuando la buena providencia de una pasantía por los mejores restaurant de Francia, llegó a las manos de él, el pasaporte sin ganas se abrió para marcar el timbre de salida del Chile que siempre amó. Se encontró a los pies de la torre Eiffel con un recuerdo que le estremeció el cuerpo y un calosfrío que le recorrió por la espalda, volvió a sentir esa sensación que hace dieciocho años la ahogo la distancia por un taller de fotografía, todo en un mismo letrero; “Sabor a besos”. Con el cuerpo aún tembloroso ingresó a ese lugar que en cada rincón escondia el perfume de ella, convinado con aromas y sazones diferentes, no tardó en verla, era la misma, más delgada, pero la misma, tan mujer como flor en capullo y tan suya como lo fue un tiempo atrás. Quiso hablarle, pero el cuerpo entero le temblaba y de la boca parecían no salir palabra alguna, hasta que respiró profundo y le habló.
-Porque cuando me besaste la primera vez, el sabor a besos se impregno en nuestros labios y porque sabías que si tú no volvías, yo vendría por ti y te buscaría en los letreros de todos los restaurant de Europa, buscando este nombre, ahora que estoy aquí, ¿Qué piensas hacer?
Ella volteó rápidamente y sus ojos se inundaron en lágrimas gruesas para encontrarse con ese rostro y esa voz que jamás pudo olvidar.
-Invitarte a cenar, porque esta noche cocino yo.- Respondió corriendo a sus brazos y a sus labios. Esa noche cenaron juntos.

Texto agregado el 13-01-2009, y leído por 138 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
18-01-2009 Bella narración de amores inolvidables ******* duqueuviedo
 
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