Me marchito, lánguida y deprimida, cual flor olvidada por el sol, falta de agua, falta de ti. Y mi mente divaga ya sin fuerzas en recuerdos que nunca ocurrieron, mientras mi cuerpo ha desistido de cualquier intento de movimiento… estoy marchita, casi muerta… tal vez sea el momento de abandonarme a lo desconocido y morir de una vez por todas, mi alma ya lo hizo, son mi mente y mi cuerpo los que no la siguen aún. Bastaría una simple orden a mi cabeza… pero está la esperanza, esa porfiada positivista que siempre me impide caer cuando lo quiero.
No se puede vivir sin aire, como no puedo vivir sin ti. Adicta a tus ojos, a tus palabras, a tu alma. La vida necesita de ti, el mundo te necesita… y yo te necesito. Sin ti sólo soy esto, una flor marchita, dudando si alguna vez no fue sino maleza.