Afuera está el resto
de nosotros…
Aquí dentro sólo estamos
mi lujuria y tu placer
que nos gobiernan.
Condenados
a una celda de satén,
claustro de algodón
de donde solo podemos salir
para tomar aire y conciencia
del olor a sexo
que todo lo ilumina.
En este mundo cerrado
limitado por la ropa de la cama,
en esta cárcel de hilo
tú, princesa cautiva,
eres lo único abierto
por lo que deseo escapar
Texto agregado el 12-01-2009, y leído por 166
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