Las mañanas se hicieron cada vez más oscuras, y las tardes más cortas, quizás estoy cansado de todo esto, sonreír a todo el mundo sin saber para donde van mis pies, la tinta del lápiz se agota al igual que mis ganas de seguir luchando una batalla quizás ya perdida.
El silencio de las calles por las noches, el olor de tu perfume en mis sabanas, tus fotografías en las paredes de mi habitación, me vuelvo loco pensando en cómo volver a esos tiempos, donde éramos solo tú y yo. Anoche soñé lo que he estado pensando todo el día, pero aun no me convenzo de hacerlo, miro hacia abajo y la profundidad me hace temblar -aun no se qué hago aquí- me gustaría que estuvieras tan solo para ver tus ojos, tu sonrisa, para sentir tus labios, para que digas que me detenga, quiero dejar de sentirme así.
He pensado tanto en esto -no sé qué hacer- por favor dime que me detenga, dime que no lo haga, dime que todo estará bien, -estoy asustado- no lo quiero hacer, pero la necesidad es más fuerte, el frío en mi cuerpo, no sé ni siquiera donde estoy.
¿Pensaste alguna vez que terminaría así?, ¿donde estabas cuando te necesite?, ¿que hiciste para ayudarme?, ahora estoy aquí, al borde del camino y tu aun no estás, ni siquiera te importa nada de lo que pase, siempre fue lo mismo, jamás te importo, y ahora estoy aquí, por tu culpa, estoy aquí.
Quiero sentarme un momento para observar el paisaje y recordar quizás lo bello que es el mundo, ojala mis padres estuvieran aquí, pero están demasiado ocupados resolviendo sus problemas y no tienen tiempo de escucharme, ojala algún amigo estuviera aquí, pero están demasiado ocupados en sus asuntos, no hay tiempo para este niño chico que recién termino de estudiar , me aburrí de dar lastima, de necesitar de alguien para estar bien, solo sé que ya no necesitare de nadie, me tengo a mi, basta de necesitar a personas a mi alrededor, basta de llorar por cosas sin sentido, mi rabia aumenta cada vez que me escucho hablar así.
Aun me pregunto, si alguien leerá esto una vez ya consumado mi deseo, o quién se acordará de mi en ese día, o quien irá a ver un pedazo de cemento cuando yo ya no este. Una lágrima, tan solo una lágrima, se deslizo por mi mejilla y un largo grito de auxilio.
Perdóname.