Sin las siluetas de la realidad,
con la espera como una espada
que socava el tiempo,
estos ojos han regresado del viaje
movido por lo estático.
Se transforma la ausencia de las siluetas
en respiración expulsada de un cadáver
que suspira espera.
La espada de la espera
que socava el tiempo
brilla entre las manos invisibles
del viento.
Sin las siluetas de la realidad,
sumergido hasta los ojos
en el tiempo socavado,
se inicia el viaje desde lo estático hasta el fuego.
Texto agregado el 10-01-2009, y leído por 975
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