El dia para un hombre del comun empieza a las 5 de la mañana. Sale de su casa enfrentando las congestiones vehiculares, y por supuesto, el inclemente frio de la madrugada. Cruza la avenidad, la cual a esas horas se movilisan centenares de busetas con pasajeros a bordo. A las 5 y media, don roberto, no es un pasajero aún ; es un ciudadano del comun que cruza la avenidad para dirigirse a su trabajo. Ni siquiera un empleado, porque hasta alla no ha llegado: en esa madrugada solo es un hombre del comun. Llega hasta el paradero proximo; para su desgracia no hay bus que le detenga la señal, ya que estos van con el cupo lleno. Camina hacia un semaforo lejano. Detras de el lo siguen muchas personas, con la impaciencia y la rutinaria angustia del dia a dia para una persona del comun que urgé de un medio de transporte rapido
El semaforo sigue lejano, como si cada paso que diera lo alejara mas. Detras de el agolpa cualquier cantidad de personas. Personas que ya se les puede llamar "transeúntes"; ¡don roberto es un transeúnte mas!..Dejo de ser un hombre del común para ser eso: un transeúnte.
Llego al tan anhelado semaforo. Pensó: me fumare un cigarrilo mientras pasa el bus. Luego reflexionó: y si pasa rapido?, tendre que arrojar el cigarrillo sin siquiera fumarlo algunas veces, ¡y con la excases de dinero que hay!.. Para su afan tuvo el tiempo nesesario en acabar su cigarrillo. El problema para esté hombre del común y luego transeúnte se pone dificil, ya que el bus no pasa y lo mas probable es que llegue tardé a su trabajo. Y si es muy de mala suerte quizas lo despìdán. Don roberto ya ha perdido dos horas de su dia. Ante el desepero a tan terrible congestión vehicular, cruza una calle angosta y sin señalización alguna. Desprevenido y cegado por la ira que marcaban sus sienes da tres pasos fatales y lo atropella una buseta que venia sin frenos; que para completar, salia solo apenas algunos minutos y "vacia" que es lo mas triste. A don roberto nadie lo auxilió. Murio sobre la calzada izquierda donde transitaban transeúntes desesperados que como el solo conseguian la gran dicha de ser llamados "pasajeros", y luego "empleados", " maestros", o "arquitectos".
Ellos lo consiguierón, el hombrecito de la historia tristemente no.
Paso de ser un hombre del comun a un transeúnte pobre, sin dinero, y muerto en la calle. Fin.