encontré una mujer muerta de frío.
Jamás pensé que fuera tan liviana.
en cada parte de su anatomía
en cada articulación en cada hueso
hasta en la punta de los dedos
y los ojos bien cerrados,
las piernas dobladas,
como si estuviera dormida.
En un rincón los recuerdos pálidamente congelados,
temblaron durante un rato.
Una silueta que decía:
“recién llegado de Madrid”
Abriendo su corazón
Penetrando las manos, el viento
se esparce por todo el cuerpo
Sacude un deseo
aún tibio en un rincón de la conciencia
¿Por qué vino hasta mí
sin traerme las noticias
que esperaba yo?
Esa desconsiderada muerte
Texto agregado el 06-01-2009, y leído por 127
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
06-01-2009
Hay labor y enlace de razones que a mi juicio consiguen un buen poema. Schwarzerstern
06-01-2009
Un texto que va ascendiendo en tensión hasta un final impactante.
preludio
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