¿A donde vas?
¿Eres tu quien se mantiene erguido para caer de nuevo?
¡Ja! vaya condición humana de concebir levantar la mirada, para luego encontrar la complejidad del horizonte in acabado de su propio laberinto.
Agradéceme, soy yo quien te recuerda tu carne, tu instinto, simplemente evita la irrisoria mirada de quien te creó, mientras tu crees tener el control de todo.
No olvides que tus pies aun están en la tierra y que siempre lo estarán mientras no tengas alas, no te culpes, el pecado quien te acopio de desgracia te recuerda tu condición, tu impotencia y tu inverosímil idea de ser superior.
Es entonces cuando bajas la cabeza para desconocerte en la absurda realidad, ansias ser el animal que iniciaste siendo y volver a los cómodos brazos de tu madre. ¡Vaya!, si que me haces reír, luego que creíste poder contra todo, llamas a Dios para que te levante y así se siga deleitando con tu accidentada vida.
¿Acaso no te das cuenta?, soy yo quien te habla al oído recordándote el sin sentido de tus razonamientos, no tengas miedo a levantarte pensando en la muerte, por que solo así reconocerás tu verdadero destino.
Me hallarás en las personas que hacen el bien, por que son las que me piensan incansablemente, temiendo que viole sus conciencias y trunque su supuesta salvación. Ah ¡Ignorantes!, soy yo quien permite que exista el bien, sin mi nadie se comportaría como propone el socarrón al que llaman Dios.
Muerte, confusión, esperpento de la mala hora, brote de sangre y dolor eterno. Ahora sus cuerpos desangrados respiran tratando de sobrevivir. ¿Angustia?, algún día sucederá, lo contemplo junto a sus cuerpos agonizantes todos los días, soy testigo de sus últimos pensamientos, se desgastan pensando en su salvación, cuestionando sobre el bien y el mal, Ahora es cuando digo, no te preocupes por dilucidar que tan malo es Dios o que tan bueno soy yo, sin mi no lo buscarían a él y sin él yo no existiría, él y yo somos el mismo.
Laura Echeverri |