Se levanto como de costumbre temprano pensando que por hacerlo así hoy Dios si que lo ayudaría. Se baño con agua helada por un largo rato luego se vistió con telas transparentes y se fue a su propio juicio dirigido y penado por el. Camino despacito por la calle con la cabeza bien agacha teniendo como única panorámica las olímpicas grietas del suelo. Miro pacíficamente a la gente que lo miraba expectante, no pareció enrojecer cuando recibió los insultos a boca de una vieja sudorienta, no se enojo cuando le cortaron la pasada a punta de puñales y no dijo nada cuando lo empujaron en el trayecto. Cuando llego al “cuarto oscuro” lo recibieron unos gendarmenes y lo sentaron en una poltrona negra muy vieja, le voltearon encima agua con tal gracia que parecía una ceremonia de bautizo, creo que el pensó lo mismo porque sonrió a la misma vez que yo. Le colocaron unas esponjas en la cabeza y lo apretaron fuertemente con unas lías de cuero. El se quedo quietecito no tenia miedo lo se, venia a mi encuentro a construir en otro planeta lo que no pudimos nunca concretar con sangre caliente. Me tiraba besos sabiendo que llegaría pronto, así que me puse a caminar a su encuentro no desviando nunca la mirada de la pantallita 21”del cielo en donde el aparecía .Cuando llego dijo mi nombre en la entrada del cielo, y vestido de blanco como ángel empezó a caminar rapidito. Yo lo esperaba tranquilamente en un paradero.Cuando me vio se acerco despacito me tomo con una mano por la cintura y con la otra me robo el letrero que tenia en mi pecho que con grandes letras rojas decía SE BUSCA lo tomo con ambas manos y lo rompió en dos y esta vez por fin para dos.
Nos sentamos en un banquito y el sonrió luego rió a carcajadas, ¿que pasa? le pregunte intrigada y el no contestaba, entonces le hice cosquillas hasta la verdad. Y me respondió, ¿te diste cuenta que le volteamos la mano al destino?