Desnuda
parecías más pequeña,
casi frágil.
Pero tus ojos conservaban
la fuerza y el frío...
Yo jugaba a diseccionarte
desde la línea imaginaria
que nace de tu cuello.
Te volviste con el pelo
enmarañado sobre la cara...
"déjame..quiero dormir"
En tu espalda habían nacido
alas de libélula
y tus ojos habían absorbido
todo el calor de la habitación
Texto agregado el 05-01-2009, y leído por 218
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