...Salté al vacío y salí nuevamente corriendo cual si fuera perseguido por militares hacia el lado de una almacén, brinqué aquella reja corrediza que protege el garage, justo donde hay un tacho de basuras, una enredadera que trepo hasta alcanzar un techo.
Vivo siempre asustado pero he aquí el motivo.
Las tejas coloniales húmedas con verdín, posibilitan que resbale no quedando mas remedio que caminar a tientas. Aunque en la otra ala, peor, puesto que un arbol provoca sombra permanente acentuando las características, entonces decidí soltarme en tobogán antes que propinarme un porrazo con mi cuerpo en tipica forma de alfombra enrollada. Volviendo a quedar en otro techo, porrazo mediante de chapa de zing, perteneciente a un galpón que enseguida me conecto con una campana de una parrilla de hacer asados, que oficio de escalon donde por vez primera pude colocar el pie en un supuesto estribo que lleno mi zapato de grasa cual si hubiera pisado excremento animal, para luego quedar por fin en el suelo a nivel del río. La idea es agarrar la calle lo mas pronto posible, pero estoy atrapado en un laberinto donde casi siempre hay una sola única opcion para elegir por adonde escapar de la muerte. Con el alma descorazonada, la mente a mil, sintiéndome como un delincuente, temiendo ser confundido con un mal viviente que escapa.
Un decir, acompaña esta huida con alaridos que ruegan por auxilio pero nadie parece escuchar.
Las garras del perseguidor asesino soplan mi espalda que desaparece despavorida de su mirada inquisidora. Pero por suerte existe una medianera con un compartimento donde yace el motor bombeador del agua potable, que utilice como escalon para por fin colocarme a resguardo en una vivienda lindera. Aunque momentaneamente, porque nadie que te persiga con un arma de guerra, ha de ser para informarte por medio de una banderita que sale del cañón que eres acreedor de un suculento premio de la lotería.
Ahora en la calle pregunto donde hay un destacamento policial, pero solamente conseguí que un muchacho hiciera una indicación ambigua con el dedo en dirección de una comisaria cercana.
Pero mejor decido subir a un colectivo que esta detenido frente a mi. Aunque debo esperar, embargado en pavura, una fila donde hay un lisiado delante mio que asciendan al rodado. Miro asustado pensando que pronto una bala se alojara en mi cuerpo. Estoy pensando sin encontrar respuesta. Meto las monedas en la buchaca de la expendedora y espero que salga el ticket correspondiente al boleto del pasaje de colectivo. Mientras huyo a cada momento pienso en cual podrá ser el motivo de esta persecución'on implacable, de pareciera gansters, sicario al servicio de una dictadura o de una mafia poderosa, no encontrando ninguna respuesta a las demandas puesto que a la fecha he sido un hombre bueno y honrado. Solamente que de muy joven en una oportunidad he sido ratero, pero eso fue hace mucho. Además de actualmente tener una novia muy codiciada quien podría haber estigmatizado algún Tirano siendo la causa del problema. Pero miro por la ventana hacia adelante y veo al loco criminal, que nada tiene de fantasía, observando mi paso sentado en la mesa de un bar, saliendo apurado tirando sombrillas y sillas al diablo, embarcándose en una moto con sidecar, donde dos tipo como 'el se suman a la persecución.
No bien dimos la vuelta a la calle hacia el lado del monumento a la bandera, descendí preocupado, con la frustracion de no haber tomado como rehenes a los pasajeros del micro. Hice un intento de rezar, para al instante correr con desesperacion intentando dar con un taxi. O lo que estaría interesante que alguien pueda ofrecer un refugio en algun zotano.
Pero tengo la suerte que un joven haciendo un reparto de pizza deja su bicicleta sin ningún seguro, haciendo me de una herramienta para continuar aunque lento pedaleando hacia adelante donde hallar un lugar custodiado.
Aunque debido a la lentitud a los poco metros observo por el espejo retrovisor la motoneta venirse encima.
Tres modernos revólveres se reflejan en el marco de aluminio. Ellos se ven como caricaturas animadas que emergen de la imagen para sumarse a esta realidad cual insecto venenosos que se suman a la persecución intentando destruir mi marcha. |