Cuanto más gritaban sus compañeros más invisible era Iván Radetzki alias Platanito por su origen ucraniano y su pelo rubio. A veces, por alguna ignota razón Iván se dirigía a la mesa del profesor y exponía alguna queja que a él le parecía inaplazable.
-Profesor, allí atrás me están tirando papelitos, y yo no puedo estudiar de esta manera.
Yo intentaba ilustrarle sobre las costumbres del país y las penalidades de la vida intentando no perder con ello mi aura de hombre imbuido por la sociedad de un papel trascendental en la formación moral de mis pupilos.
-Mira, Iván, este es un país del sur, ya me entiendes, aquí la gente se tira papelitos y se los devuelve sin necesidad de dar parte a la policía -Visiblemente, Iván no entendía lo que yo decía así que me sentí obligado a aclararle un poco más-. Mira Iván, si te tiran papelitos es porque te ven un chaval muy serio; solamente te están provocando ¿lo entiendes? En fin, que tú también tienes que aprender a responder. Pero vamos, que tampoco tienes que llegar a ser un bruto como Sergio Izquierdo.
Aclaré este punto porque en ese preciso momento, y aprovechando un desliz de mi atención, Sergio Izquierdo estaba aupándose a la espalda de una de las niñas de la clase que intentaba inútilmente colgarse su mochila.
-¿Ves ese vándalo? Pues a ese extremo tampoco tienes que llegar -le expliqué a Radetzki, alias Platanino, las cosas en voz lo suficientemente alta para que el aludido pudiera oírlo con claridad-. Si te comportas como Sergio cuando te tiren papelitos no serás un compañero simpático, porque eso que él está haciendo se llama pasarse -y una vez acabada la explicación le chillé un poco a Sergio sin girar la cabeza-. Sergio, mañana castigado.
-Claro -Intervino Raul-, Igual que Leyla que le tiramos de las trenzas y no viene llorando al profesor -Leyla era la otra niña ucraniana de la clase.
Iván trató de tomar nota y para mí que algo se le quedó de la lección mundana que le dimos entre todos, unos con palabras y otros con ejemplos, como Sergio Jiménez que se ganó una amonestación aquel día por el arañazo que le produjo a su compañera. Digo que algo se le quedó porque al día siguiente lo vi por los pasillos poniéndole una zancadilla a Jorge Trigero Mayoral, el gordito de primero C. Pero también tengo que decir que aún le falta afinar porque para ser su primera travesura le faltó disimulo, lo ha pillado el director y ahora está barriendo el patio del colegio junto con Sergio Jiménez. |