Vi romper las nubes y desbaratar el cielo por los martillos de un dios enfadado, que golpeaba contra la cabeza de más de trescientos inocentes e inocuos pensamientos, que jamás se enteraron de su instante final, de improvisto vino el incloncluso día que no tuvo época.
Las alas de un demonio inrrumpe en los sueños, en su aterrizaje derrota a la esperanza, en un constante avance y retroceso de giros por el croquis de nuestra historia.
Una franja, una frontera, denominada de unos- denominada por otros, buscan algo por que luchar, otros algo por que morir y otros algo por que matar.
Estados de conflicto que confluyen en el fuego y no en la tregua, la fragua de una disputan que sobrepaso nuestros tiempos.
Vi el movimiento cuya justicia no es el color, la religión u otra razon mas es la furia de un orgullo herido, la vanidad de ser el más fuerte, el deseo de un poder infinito, un dios que se inventa para justificar las muertes, de una cruel forma que ignora el bienestar de muchos, sacramentando por acariciar la avaricia contra un piedra, un mineral, un papel.
Palabras que de su boca son mandamiento y a puño las escribe en la piel de muchos, tallando en el cuero las medidas inexactas del sufrimiento extremo….
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