La gran ave
Entre la arboleda desfigurada por los años
Va de paso un visitante desconocido.
Al visitante, que camina sereno, le sale al paso
Un ave de grandes dimensiones y voz tenue.
Cuando se cruzan, ambos quedan, de lógica,
Sorprendidos. El hombre por el tamaño del
Ave y el tono débil de voz que mostraba,
Si bien y, lo más curioso, fue que no
Se extraño de que el pájaro parlara.
Por su parte el ave, que
No había visto nunca
Un hombre de cerca,
Quedo perplejo de su
Pequeño tamaño.
Más no le sorprendió que hablara,
Le pareció extraño que no tuviera alas.
Al preguntar el ave que donde tenía las alas,
Y porque caminaba pudiendo usarlas,
El hombre respondió que los humanos
No las poseían, y por ese motivo
Caminaban.
Entonces preguntó el hombre
¿Por qué tu que puedes volar,
Y cubrir sin esfuerzo con tu tamaño
Grandes distancias, vas caminando?
Por miedo, respondió el ave.
El cielo está plagado de aves
Mucho más grandes que yo,
Y peor intencionadas.
Aguadulce, enero de 2009
José María de Benito
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