Armonía.
¡Qué excelsa palabra!
Percibo al pronunciarla una linda melodía.
Tan impecable música brota en su sonar.
La enuncio ligero, o calmoso,
y de cualquier talante causa en mí soñar.

Decir “armonía” me evoca remembranzas.
Como intenso brillo de flores en primavera,
como florecer de estrellas una noche entera,
Los poetas se colman con ella de enseñanzas.

Es curioso cuando escribo “armonía”.
Siento ver el viento entonando su sonido,
Veo sentir brotando la luz del día.
No sé. Es como ver y sentir una pasión dormido.

Armonía.
¿Sinfonía? ¿Eufonía? ¿Letanía?
Tal vez. Pero a mí me seduce la primera.
Porque es como perder un amor y sufrir agonía.
O ser amado y sentirse el Sol de primavera.

En fin. Armonía es como decir Madre.
Dulce y bella cual estrella.
Palabra de resonancia cómoda de aprender y aprehender.
Es por esto que se dice “vivir en armonía”,
Indispensable es vivir con ella.