...No se porque, pero siempre que veo este cuadro siento cierto odio hacia...Intentaré no alterar mis neuronas y seguir disfrutando del arte.
El lienzo en cuestión es: el 3 de mayo de 1808, que con el otro titulado el 2 de mayo, forman Fusilamientos de Príncipe Pío.
Hay otra persona en la sala y sentada en el banco que decora uno de los rincones. Creo está muy separado de los cuadros y en un lugar poco apropiado. Me coloco a un metro y medio y sigo de pie. Estoy delante del titulado 2 de Mayo, que fue pintado por Francisco José de Goya en 1814 después de ser acusado de afrancesado, demostrando así su fidelidad española.

Otra vez mis ojos se plasman en el hombre que más destaca en el cuadro, aquel que con las manos levantadas y frente a los fusiles que le apuntan, parece pedir clemencia. Su camisa blanca refleja, a mi parecer, que muere por su patria, pero no es así. Estoy cerca, por detrás de los fusileros y veo en su cara bondad, y que nada más luchó por defender su tierra, su familia y su dignidad. Quisiera plantarme delante de esos franceses y obligarlos a devolverles la vida a los que yacen muertos junto a sus pies. Intento mover la mano de Goya mientras pinta esas armas para que los disparos vayan hacia el aire. Le veo inquieto, vacila a la hora de volver a poner más pintura en el lienzo, y con ganas de demostrar algo al pueblo español. Su estudio está desordenado,...Tiene prisa por terminar el cuadro, así que las balas han de salir directas a los cuerpos de las personas lo antes posible. Le miro a los ojos y unas lágrimas le brotan, salpican la pintura y el sigue con sus manos ofreciéndonos lo horrible que es la muerte, cuando de repente siento en mi pecho unos golpes y olor a pólvora...
Estoy solo, aquel visitante ha marchado. Descanso un rato en el banco vacío, en el rincón. Ahora se porque fue puesto en este lugar. Más despejado, intento relajarme y seguir mi paseo por este lugar.
Ahora entro en la sala de Velázquez...

Manuel Muñoz García-2003